¿Sabías que más del 95% de los blogs acaban siendo abandonados? La mayor parte, antes de que se cumplan 90 días desde su lanzamiento.
Y no es de extrañar, porque bloguear requiere constancia y un poco de autodisciplina. Empezar un blog no es fácil: hace falta una buena cantidad de horas inicial, pero compensamos esa inversión de tiempo libre impulsados por la emoción y la ilusión de comenzar un proyecto nuevo.
Sin embargo, una vez “en el aire”, el blog requiere una inversión de tiempo más o menos constante para garantizar su supervivencia. Y entonces, ya enmarcados en nuestra rutina diaria, se nos hace cada vez más difícil encontrar el momento para sentarnos a escribir. O encontrar temas, o encontrar lectores… o encontrar las claves de acceso. O sencillamente, nos desanimamos porque no hemos cubierto nuestras propias expectativas.
Y entonces el blog muere.
Sin embargo, justo antes de morir, aparecen ciertos síntomas. Estos signos, como los siete sellos del Apocalipsis, suelen preconizar la inminente defunción de un blog y en cuanto los veas aparecer te aconsejamos que les pongas remedio de forma urgente.
En este artículo analizaremos algunos de esos síntomas de que un blog se muere y te ayudaremos con consejos para evitar que entre en la fase terminal.
1) “He vuelto”
La mayor parte de los blogs que he visto nacer y morir acabaron con un último canto del cisne en forma de post titulado “He vuelto” o alguna variante similar. Seguro que conoces algún caso: tras una larga ausencia, el autor escribe una nota en la que entona el mea culpa por no haber publicado en mucho tiempo y expone sus propósitos de reformarse.
Puede considerarse que los blog en esta fase no tienen remedio, porque una larga ausencia suele ser síntoma de que el autor no ha sido capaz de hacer hueco en su rutina diaria para bloguear.
Pero no creo que sea así. Tras un post “He vuelto”, pueden pasar dos cosas: que el autor cumpla su promesa o que no lo haga. Si la cumple, y logra publicar 2-3 post después, seguramente se salve.
¿Y si no la cumple? El verdadero problema es que pocas, muy pocas personas, llegan a escribir un segundo “He vuelto” porque es vergonzoso, porque esta vez además de fallarle a los lectores se han fallado a sí mismos. Y con público.
Escribir un post “He vuelto” con la esperanza de que así te estás obligando a ti mismo a sacar tiempo para el blog es una quimera, equiparable a pagar un año de gimnasio por adelantado. Es una mala idea… si lo estás pensando, descártalo por favor.
Natalia Marcos, blogger de Quinta Temporada, nos decía que el ritmo de publicación ha de ser como una especie de “pacto entre escritor y lector”. Estamos totalmente de acuerdo, pero si te lo saltas, no te fustigues en público. Volver a publicar de forma regular es la mejor forma de decirle a tus lectores que has vuelto y que vas a seguir ahí.
2) Bloqueos mentales
Otra dolencia común en los primeros meses de vida del blog es la sequía de ideas. Si tienes tiempo y ganas de escribir, pero a la hora de la verdad te quedas bloqueado ante la página en blanco, echa un vistazo a estos factores externos que podrían estar afectándote.
Aunque, si quieres librarte para siempre del fantasma del bloqueo, tendrás que adoptar algunos “hábitos saludables” para propiciar la aparición de ideas: en la sección de creatividad encontrarás artículos sobre cómo inspirarte y cómo buscar temas cuando estás atascado.
A grandes rasgos, las estrategias a seguir consisten en:
- Haz listas con futuros temas para artículos. Anota las ideas que se te ocurran, por muy abstractas que sean, para poder hacerlas germinar más adelante.
- Planifica un calendario de publicaciones. ¿Recuerdas, en el colegio, que era mucho más fácil hacer una redacción sobre un tema determinado que cuando te daban “tema libre”? Sentarte a escribir con un tema en mente es mucho más sencillo.
- Lee blogs, revistas y otras fuentes de información dentro de tu área temática. Seguro que se te ocurren temas haciéndolo.
3) ‘Blogger burnout’
En otras ocasiones, resulta que el blog lleva un buen ritmo de publicaciones pero el que se está empezando a hartar eres tú mismo. Si has empezado a tener pensamientos como “Es una pérdida de tiempo”, “No me lee nadie” o “Realmente no tengo nada interesante que decir” seguramente lo estás padeciendo.
- En primer lugar, no te regodees en esos pensamientos. No te van a ayudar en nada. En lugar de hacerte una bola, echa un vistazo a tus artículos ya publicados, especialmente con los que más disfrutaste mientras escribías. ¿Por qué fue? ¿Quién los leyó? Ahí tienes un buen filón para reflexionar.
- No abuses. Tener una estricta disciplina para sentarse a escribir ayuda mucho, pero si de verdad no te apetece en absoluto, mejor no lo hagas. Acabarás odiando lo que tanto te gusta y no lo harás tan bien como cuando estás al 100%. ¿Preocupado por el ritmo de publicación? Cuando tengas buenas épocas haz uno o dos post extra para tenerlos en la reserva para cuando necesites tomarte un respiro.
- No te exijas demasiado. Las ilusiones que alimentamos en nuestro interior cuando iniciamos un nuevo proyecto son muy estimulantes, pero si apuntas demasiado alto pueden volverse en tu contra. Es natural frustrarse porque no alcanzamos nuestros objetivos, lo que hay que hacer es fijarse objetivos más realistas.
- Habla con blogger veteranos. Por ejemplo, en los foros de Superblogger puedes encontrar algunas almas libres dispuestas a contarte sus propias experiencias a los mandos de un blog durante varios años. Te ayudarán a tomar perspectiva sobre lo que es un éxito y lo que no, o te contarán cómo superaron sus propios “burnout”.
4) Tienes más de 100 comentarios para moderar
Si cada vez que accedes al panel de control de tu blog el número de comentarios pendientes de moderación es más y más grande, tienes un problema. Y no me refiero solamente a que se te esté acumulando el trabajo, sino a que esto será perjudicial a medio-largo plazo.
Si los comentarios se publican en cuanto son enviados, lo más probable es que tengas tus post plagados de spam. Esto afecta negativamente al SEO (porque los comentarios spam contienen enlaces salientes a sitios de dudosa calidad, que te penalizan) y, por supuesto, a la imagen que tienen los lectores de tu blog.
Si, por el contrario, los comentarios solamente se publican cuando los apruebas, entonces estás limitando la capacidad de generar conversaciones en torno a tu contenido. Al ver que sus mensajes no fueron publicados, tus lectores pueden pensar que han sido censurados o que nadie lee los comentarios… por lo que dejarán de enviarlos. Y la falta de comentarios puede llevarte al blogger burnout del que hablábamos antes.
Si recibes mucho SPAM y se te hace muy difícil gestionarlo, considera adoptar alguna de estas medidas:
- Blogger. Esta plataforma permite configurar los mensajes para que se publiquen solo si el post tiene menos de X días de vida. Los robots de los spammers no suelen comentar artículos recientes, porque aún no han sido indexados, y en cambio sí notarán que sus comentarios no se publican y dirigirán sus esfuerzos hacia otro blog.
- WordPress. Instala un plugin que detecte los mensajes spam, como por ejemplo Akismet. Este plugin tiene sistemas de filtrado que archivan como spam los comentarios con demasiados enlaces, con nombres sospechosos, en otro idioma, e incluso puedes configurarlo para que filtre los que contienen determinadas palabras.
Busca un momento cada semana para moderar y borrar los mensajes. Y, por supuesto, a responderlos. Es la mejor manera de alentar nuevos comentarios.
5) Tienes muchos enlaces rotos
Los enlaces rotos son otro síntoma de que a un blog no se le están prodigando los cuidados necesarios. La presencia de enlaces que dan como resultado un error de “No encontrado” resulta descorazonadora para los lectores, porque revela que el blog está desactualizado. Los motores de búsqueda también toman buena nota de ello, y posicionarán tu blog más abajo en las búsquedas.
A veces, un contenido que podría ser perfectamente vigente se echa a perder porque los enlaces ya no están disponibles. Puedes resolver esto fácilmente dedicando dos o tres tardes al año a pasar un validador de enlaces rotos para detectarlos y corregirlos.
Para ello, te vendrán bien estas herramientas:
- W3C Link checker. Es el validador del W3C, la entidad que regula el uso de HTML, HTTP y otros estándares en Internet. Al ser online, te permite validar cualquier página rápidamente sin necesidad de instalar ningún software en tu ordenador. Eso sí, solamente te servirá para escanear una URL concreta, como la portada, la sección “Enlaces” o un post con muchos vínculos.
- Xenu’s Link Sleuth. Es un programa de uso muy extendido entre los consultores SEO, que se instala en tu equipo. Hace un detallado escaneo de tu web al completo y te ofrece un listado de todos los enlaces que contiene, aunque puedes solicitar que te muestre solo aquellos que están rotos para poder encontrarlos y corregirlos.
Comprobar los enlaces de tu página web de forma periódica debería estar incluido en tus tareas como blogger, igual que escribir, buscar ideas, cuidar tu salud mental o moderar comentarios.
Es decir, si no quieres dejar morir tu blog.
Saludos…
Yo en ocasiones paso un post al mes cuando no ha pasado algo interesante en mi rutina o si no ha habido algun material interesante para postear y comentar, aun asi no siento el porque llegar a cerrarlo. Lo post de he vuelto que he leido han sido interesante por los casi testamentos donde pueden explicar hasta de lo que hacia el vecino y que no le permitia escribir en sus blogs, no he visto una necesidad el “He vuelto” y menos cuando son blog de personas que lo usan mas como un pasatiempo sin pasarlo a tantas personas para que lo lean…
creo que algunos le han de haber dicho: …. (hevuelto) … ah? ni me habia dado cuenta cuando te fuiste.. xD (preocupado estabamos…!!) xD
Muy cierto, dbillyx!! Ese es otro efecto inesperado del “he vuelto”, que los lectores cobren conciencia de que no te han echado de menos durante tu ausencia… ¿qué mal, verdad?
Saludos!!
Estuvo interesante el post
Muchas gracias, Signos 🙂
Veo que acabas de empezar un blog, ¡mucha suerte!