Acabas de terminar un post para tu blog. Estás razonablemente satisfecho. Tiene sentido, está bien escrito, dice cosas interesantes… Sin embargo, algo te dice por dentro que podría ser mejor, o que tal vez no es tan bueno como crees y los lectores lo van a criticar. El problema es que no sabes qué es lo que falla. Pero algo falla.
Como blogger o redactor de contenidos, bucear a las entrañas de tus textos y destriparlos es doloroso. Es como el trabajo de un cirujano.
Aquí te queremos ayudar para que no lo sea tanto con algunos trucos útiles y flexibles para que los utilices en todos tus artículos.
No te fíes de una sola opinión
Lo primero que hay que evitar es quedarnos en preguntas superficiales, tal y como recomienda Angela Colter. “¿Me ha gustado mi artículo?” “¿He entendido lo que he querido decir?” Aunque puede que estemos en sintonía con nuestros lectores, estas preguntas no son lo suficientemente exhaustivas para garantizar la calidad de nuestros posts.
La lectura de un texto comprende dos fases. El reconocimiento de las palabras y la comprensión del significado superior. Hay numerosas razones por las que puedes haber respondido con un sí a las dos preguntas anteriores pero que un lector tenga problemas para superar una o las dos fases citadas. Puede que se deba a que su capacidad de comprensión lectora es limitada, con lo que reconoce las palabras pero no las entiende de forma adecuada, o simplemente que esté cansado y sus ojos lean el texto pero sea incapaz de formarse una idea sobre el mismo.
El método Superblogger para hacer contenidos de calidad
Antes de publicar tu post, te recomendamos que valores todos o -al menos- alguno de los puntos a continuación:
- Preguntas de autoevaluación: Responde a nuestra batería de preguntas a prueba de contenido deficiente, que te ayudará a dar ese pulido final a tus textos.
- Testing con lectores: Realiza un testing con lectores potenciales. Aquí te recomendamos algunas pruebas interesantes para elegir las frases más adecuadas.
- Medir la legibilidad: Utiliza software de ‘readability’ para analizar la legibilidad de tu contenido. Estos programas tienen en cuenta factores como la longitud del contenido o de las frases, y arrojan un resultado sobre lo fácil que es de comprender un texto por parte de un lector medio. Ten en cuenta que este método tiene muchas limitaciones que citamos más adelante, por lo que recomendamos que lo sigas en combinación con otros.
- Igual que los pilotos siguen listados de procedimiento o ‘checklist’ para garantizar la seguridad en cada una de las fases de un vuelo y no olvidarse, por ejemplo, de bajar el tren de aterrizaje, aquí te proponemos un ‘checklist’ de calidad de contenidos, inspirado por Colleen Jones. Es importante que seas autoexigente. Si tu respuesta a algunas de estas preguntas no es un sí rotundo, deberías plantearte alternativas para mejorar ese punto.
Interés- ¿Satisface el interés o necesidades de tus lectores?
- ¿Se ha quedado anticuado?
- ¿Es un contenido oportuno en el contexto actual?
- ¿Responde a los objetivos de tu compañía?
Claridad
- ¿Es fácil de entender por los lectores?
- ¿Tiene errores gramaticales o ideas imprecisas?
- ¿Está estructurado de forma comprensible?
Utilidad
- ¿Aporta mucha o poca información sobre los principales temas de interés del artículo?
- ¿Es ambiguo o por el contrario preciso en sus argumentos y ejemplos?
Influencia
- ¿Utilizas técnicas para influir y atraer a los lectores?
- ¿Sacas partido a esas técnicas?
Tono
- ¿Es adecuado con los objetivos de tu empresa o proyecto?
- ¿Es adecuado de acuerdo con el contexto?
- ¿Da sensación de que tienes un estilo?
Usabilidad
- ¿Pueden los lectores navegar fácilmente por el contenido?
- ¿Tiene un formato adecuado?
- ¿Has seleccionado los metadatos adecuados?
- ¿Has seguido consejos de SEO?
- ¿Pueden los lectores encontrar el contenido fácilmente cuando introducen palabras clave?
- La ventaja de hacer un testing con usuarios es que contarás con un filtro de calidad infalible para tus contenidos. Claro está, un testing requiere tiempo y cierta planificación, pero al final merecerá la pena. Si el ‘checklist’ anterior es una forma más exhaustiva de evaluar los contenidos por ti mismo, este método te aporta feedback directo por parte de tus lectores, y eso es oro puro. Existen herramientas que nos permiten realizar un test de usabilidad con poco presupuesto y una muestra elevada de participantes. De esta manera, no solo podremos sacar conclusiones del diseño, sino también sabremos qué contenido es más efectivo a la hora de guiar a tus usuarios por tu web. Por ejemplo, con Google Analytics podemos comprobar la usabilidad de diferentes versiones de una página web. La regla de oro es probar elementos concretos y limitados, para que sea fácil sacar conclusiones. Hay infinidad de recursos de pago muy interesantes en la web, como Crazyegg (que te permite visualizar donde hacen clic los usuarios), Loop11 o Whatusersdo.com (ambas herramientas bastante completas para hacer testing de usabilidad). También hay alternativas en español y a un precio módico. Aunque si quieres herramientas gratuitas, muchas de las que son de pago te ofrecen la posibilidad de hacer una prueba sin coste alguno. También hay aplicaciones totalmente gratis -si bien limitadas- que te permitirán extraer algunas conclusiones. Es el caso de Labsmedia, un proyecto opensource que elabora un ‘mapa de calor’ de tu web mostrando donde hacen clic los usuarios. Otra forma interesante a la par que útil de obtener opiniones de tus usuarios puede ser realizar un test cloze, que consiste en eliminar varias palabras de una frase seleccionada y dejar que los participantes rellenen los huecos. Después puedes comparar los resultados con las palabras escogidas por ti y sacar conclusiones.
- La tercera y última propuesta es utilizar software que evalúe lo fácil que tus contenidos son de leer y comprender para el usuario. Los programas de ‘readability’ -legibilidad- suelen otorgar una puntuación a tus textos en base a una serie de factores, como por ejemplo, que las palabras que utilices sean fácilmente comprensibles por estudiantes de instituto. Como norma general debes procurar escribir frases cortas, escoger palabras cotidianas y utilizar subtítulos para estructurar mejor el contenido. Pero nunca viene mal que un programa informático eche otro vistazo. La mala noticia es que la mayoría de fórmulas de legibilidad que utilizan estos programas fueron desarrolladas para el inglés. La buena, que también hay fórmulas en español y alguna se ha adaptado desde el inglés. No obstante, el desarrollo de herramientas es escaso… Te recomendamos echar un vistazo al software descargable Inflesz. Ninguno de estos métodos es infalible. El ‘checklist’ que te sugerimos no deja de ser una visión personal sobre tu artículo, aunque más exhaustiva que si te dejas llevar por una primera impresión sobre tus textos. Un testing con usuarios es un gran método para poner a prueba tus contenidos, pero aún así, carece de elementos cuantificables y recae únicamente en las opiniones de una selección de participantes. Mientras, el software de readability pone números a tus textos, aunque solo a una parte de ellos, ya que aspectos como la estructura o formato de los mismos no es cuantificable. Aún así, seguir alguna de estas recomendaciones es mejor que no hacerlo y hará que tengas una actitud más consciente y rigurosa sobre lo que escribes, lo que al final se verá reflejado en la calidad de tus contenidos.
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