¿Cómo podemos sacar el máximo partido a nuestra jornada laboral? La atención, el cansancio o la duración del tipo de tarea que acometemos son factores que influyen de forma decisiva en nuestra capacidad de trabajo. A lo largo del día se producen muchos altibajos de energía, formando lo que se denomina una curva de productividad.
Iniciamos con esta entrada una serie de post sobre cómo escribir más y mejor, aplicando técnicas de productividad al proceso de redacción. En esta primera entrega analizaremos la curva de productividad y os daremos consejos prácticos para poder planificar las tareas adecuadas a cada momento del día con el fin de optimizar vuestro rendimiento como redactores y bloggers.
Curva de productividad diaria
Por lo general, la curva de productividad es ascendiente a primera hora de la mañana hasta que alcanza su máximo durante un par de horas, luego presenta un valle a la hora de la comida y vuelve a subir justo después durante al menos una hora más. Después cae en picado hasta la salida.
El siguiente gráfico de Daniel Grifol muestra una curva de productividad típica para un horario de oficina de 9 a 18h con una hora para comer:
1. Hora de entrada a la oficina
En esta primera hora de 9 a 10h estamos totalmente descansados pero si trabajamos en oficina el “goteo” de los compañeros según van llegando nos impedirá concentrarnos al máximo.
Es un buen momento para hacer tareas cortas que requieran poca concentración como revisar el correo, mirar nuestras redes sociales y echar un vistazo a las noticias de periódicos y blogs.
2. Periodo de máxima productividad
De 10 a 12h es el periodo en el que podemos ser más productivos porque estamos descansados y hay pocas interrupciones, así que es bueno programar a esta hora las tareas largas que requieren concentración total.
Es el mejor momento para escribir, porque es una tarea que requiere concentración y continuidad. En un plazo de dos horas puedes redactar entre 700 y 1000 palabras, dependiendo del tipo de texto que tengas entre manos, así que en este periodo de máxima productividad puedes escribir un artículo largo o dos cortos.
3. Curva descendente de la mañana
Entre las 12 y las 14h nuestra energía y concentración inician un declive progresivo hasta la hora de la comida, aunque al principio del declive nuestro cerebro todavía rinde perfectamente.
Al principio de la curva (12h) es bueno hacer tareas importantes pero cortas (no más de media hora), como por ejemplo:
- buscar temas para artículos
- poner títulos
- programar mensajes en redes sociales
- escribir copy para newsletters (poco texto, mucha creatividad)
Es decir, tareas en las que necesitas ser creativo pero no requieren que permanezcas concentrado durante mucho tiempo.
Al final de la curva (13h) es el momento idóneo para hacer tareas de grupo como reuniones o llamadas importantes. En este punto del día seremos capaces de tener buenas ideas y escuchar de forma comprensiva, y al mismo tiempo la constante interacción con otras personas nos mantendrá concentrados.
4. Hora de comer
Cuando hablamos de productividad, siempre hacemos énfasis en que descansar es casi tan importante como trabajar. Tienes que cuidarte como si acabases de correr una maratón mental: no hables de trabajo, no pienses en el trabajo. Solo descansa.
5. Vuelta al trabajo
La hora posterior a la comida experimentamos una curva ascendente de productividad. La mejor manera de aprovechar este momento es empezar con tareas cortas de tipo rutinario:
- responder emails
- revisar menciones en redes sociales
- hacer linkbuilding de comentarios o artículos
6. Segundo periodo de máxima productividad
Hacia las 16h horas en las oficinas y redacciones suele haber un tiempo de aproximadamente una hora en el que se han resuelto las “crisis” y hay relativa calma. Es un momento apropiado para hacer tareas que requieren concentración total pero de duración media, es decir de no más de una hora.
Este es otro periodo adecuado para escribir, aunque debes tener en cuenta que tu cerebro ya no está tan fresco como por la mañana. El tipo de textos que mejor irían a esta hora del día son notas de prensa, reseñas de productos, noticias o informes rutinarios.
Si los artículos que escribes requieren mucha documentación e investigación, este es un buen momento para leer y asimilar los textos relacionados con tu trabajo.
7. Última hora de la tarde
A partir de las 17h, si realmente hemos trabajado duro, empezaremos a encontrarnos cada vez más cansados hasta que llegue la hora de irnos a casa. Es posible que podamos alargar la concentración de la hora anterior, pero ya no estamos tan frescos, de modo que es mucho más probable que empecemos a cometer errores: faltas ortográficas, repeticiones…
Esta última hora del día es buena para hablar temas concretos con los compañeros, hacer las últimas llamadas y redactar los últimos emails. Y por último, y muy importante, planificar las tareas del día siguiente.
¿Alondra o búho?
Naturalmente, esto no es una ciencia exacta porque no todas las personas rendimos igual a las mismas horas. Seguramente en tu época de estudiante ya te diste cuenta de si eras lo que popularmente suele denominarse como “una alondra” o “un búho”: ¿Te levantabas temprano el día del examen para dar un repaso? Eres una alondra. ¿Preferías quedarte hasta entrada la madrugada repasando? Eres un búho.
Por ejemplo, yo misma si duermo bien soy 100% productiva aproximadamente 5 minutos después de levantarme. Soy una alondra de libro. En mi caso esto es fantástico porque trabajo en casa así que me levanto a las 7 de la mañana con mi marido, le doy un beso de buenos días y se marcha a trabajar mientras al niño le queda todavía algo más de una hora de sueño antes de que empiece nuestro ritual de desayunar-vestirse-vamos-a-la-guarde-que-es-muy-divertido.
Para mí esa hora es puro oro: rindo al máximo y apenas hay distracciones (no hay llamadas, no entran nuevos emails). Es la hora que utilizo para empezar mis borradores de artículos porque escribir es una tarea que requiere total concentración y para la que está cognitivamente demostrado que se necesita un periodo de al menos 50 minutos seguidos.
Si eres como yo, tipo alondra, entonces cuando te sientes en tu escritorio no te pongas a revisar tu lector de feeds y las redes sociales. Perderás tu hora más activa en una tarea pasiva. Echa un vistazo al correo por si hay algo urgente y después ¡a juntar letras como si no hubiera mañana!
Si eres tipo búho, entonces puede que la última hora de tu jornada laboral sea la que más rindas de todo el día. En ese caso te recomiendo que también adaptes las tareas correspondientes a los picos y valles a tu ritmo personal. Y nunca, nunca, nunca te quedes después de tu hora de salida. En el próximo post de nuestra serie “Cómo escribir más y mejor” veremos por qué es tan importante esto.
¿Y tú? ¿Eres una alondra o un búho? ¿Cuál es tu momento más productivo del día?
Imagen | (CC) Obra derivada de una fotografía de Pete O’Shea
Actualización (07 de abril de 2014) | Si os ha interesado la dicotomía alondra-búho, os gustará este artículo titulado “7 cosas por las que los madrugadores se diferencian del resto“.
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