Algunas de las mentes más brillantes de todos los tiempos tenían la costumbre de tomar notas en un cuaderno. Albert Einstein, Pablo Picasso, Charles Darwin… especialmente conocido es el caso de Leonardo Da Vinci, quien dejó unas 13.000 páginas de texto y dibujos en sus célebres códices escritos del revés.
¿Por qué lo hacían?
Joan Didion, escritora y periodista estadounidense que trabajó más de media vida como editora y copywriter dijo una vez sobre esta costumbre: “El impulso de anotar cosas es una compulsión peculiar, inexplicable para aquellos que no lo comparten, útil solo de forma accidental, solo de forma secundaria, en la forma en la que cualquier compulsión trata de justificarse a sí misma.”
Lo cierto es que los cuadernos de notas son excelentes herramientas de creatividad: sirven para atrapar ideas y darles forma. No importa si apuntas cosas que a priori te parecen inútiles, ya podrás sacarles partido más adelante cuando vuelvas sobre ellas. De hecho, anotar ideas sugerentes pero sin utilidad aparente es una de las principales razones de existir de las libretas. Es algo así como un brainstorming con uno mismo sostenido en el tiempo. La clave está en no filtrar en el momento, ya lo harás más adelante.
Un aspecto importante a tener en cuenta es que el pensamiento creativo no es lineal: a diferencia de los razonamientos lógicos, no es un camino que recorres de principio a fin. Es más bien como fuegos artificiales centelleando en el cielo nocturno: fogonazos que a menudo no tienen conexión entre sí, que hacen que tu mente vuele de un concepto a otro hasta que se queda orbitando alrededor de una idea concreta.
Steve Jobs comentó en cierta ocasión que “La creatividad consiste en conectar cosas. Cuando le preguntas a un creativo cómo hizo algo se siente un poco culpable porque sencillamente no lo hizo, simplemente vio algo. El resultado a él le parece obvio”. Apuntar ideas sobre diferentes temas en un mismo lugar, y repasarlas algún tiempo después, fortalece nuestra capacidad para “conectar los puntos”.
Lo más interesante de los cuadernos de notas es que acostumbrarse a usarlos a diario sirve para entrenar tus habilidades creativas de forma progresiva. Adquirir este hábito contribuirá a ir mejorando día a día tu capacidad de tener ideas, pero también de capturarlas, conectarlas y de darles forma.
Existen populares apps para tomar notas como Evernote, Catch, Google Keep, One Note… apuntar las notas digitalmente tiene varias ventajas:
- Puedes ordenarlas a posteriori mediante categorías y etiquetas.
- El papel se acaba, en cambio la capacidad de almacenamiento de una app es prácticamente ilimitada.
- Te permiten hacer notas multimedia: además de textos y dibujos a mano alzada, tomar notas digitales te permite añadir fotos, vídeos, enlaces…
- Puedes acceder a ellas desde varios dispositivos, incluso aunque no sean tuyos, porque todo está en la nube.
Sin embargo, los “cuadernistas” o “sketchbookers”, como se autodenominan quienes practican este hábito mitad arte mitad compulsión, defienden que la mejor forma de hacerlo es a lo tradicional: lápiz y papel. Estas son algunas de las razones que exponen:
- No hay pérdida de tiempo entre el nacimiento de la idea y su captación. En los sistemas digitales tardas algo más de tiempo en acceder la app e iniciar sesión que lo que tardas en sacarte la libreta del bolsillo.
- Favorece la memoria porque activa una parte mucho mayor del cerebro. Según diversos estudios, las personas recordamos mejor aquello que escribimos a mano.
- Es más cómodo para hacer dibujos a mano alzada que complementen las ideas. Con las app tienes que hacer los dibujos en un papel y luego capturarlos.
- Si lo que escribimos son listas de tareas o metas, reforzamos cognitivamente nuestros propósitos de hacerlo. Al escribirlos de nuestro puño y letra, nos comprometemos más con lo escrito.
Vale, ya me has convencido, ¿y ahora qué anoto si no tengo ideas?
Si te interesa empezar un cuaderno de notas y no sabes por dónde comenzar, aquí tienes algunas ideas.
- Haz listas. Cosas que te gustan, títulos para futuros post, libros que has leído o que quieres leer, tareas pendientes, pasos para completar un proyecto…
- Dibuja, pinta, haz collages o practica caligrafía. Todas estas actividades disparan procesos cognitivos en el lado derecho del cerebro. Este hemisferio es el que se ocupa de la intuición, el amor, la libertad, la pasión… te interesa entrenarlo para tener un buen “músculo creativo”.
- Escribe. Puedes empezar un diario, escribir poesía, cartas para ti mismo en el futuro… cualquier cosa que salga de tu cabeza.
- Problemas. Si tienes un problema, puedes hacer esquemas sobre el mismo, sobre cómo vas a resolverlo o simplemente ordenar tus ideas sobre el particular.
¡Que anotes bien!
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