¿Te has preguntado alguna vez por qué tu blog no tiene las visitas que te gustaría o por qué algunos contenidos funcionan y otros no de forma inexplicable? Dar una respuesta no es fácil, pero contar con una estrategia de marketing contenidos sí lo hace más sencillo.
Definir una estrategia de marketing de contenidos es importante para tu blog, especialmente cuando tienes en mente convertirlo en algo más que un proyecto personal. Te ayudará a crear contenido relevante para tu audiencia de forma consistente y poder medir su efectividad de acuerdo con los objetivos que te hayas marcado. Sí no sabes bien de qué va esto no te asustes. Ya hemos creado un diccionario con todo lo esencial, y ahora tienes los principios básicos para guiarte cuando lo necesites:
- Aporta valor añadido a la audiencia: El contenido debe satisfacer una necesidad o responder a un interrogante. Suele hablarse del concepto de utilidad, especialmente cuando se trata de contenido sobre productos o servicios, pero a veces el contenido simplemente responde a necesidades emocionales, como puede ser un anuncio de Coca Cola o Campofrío sobre la felicidad. Recuerda que la razón de ser de tus contenidos no eres tú, tu blog o empresa, sino tu audiencia.
- Contribuye a tu imagen de marca: Es fácil dejarse llevar por la vorágine del mundo digital y sucumbir a la tentación de estar en todos sitios y decir que sí a todo. Aceptar posts invitados es una de esas tentaciones con indudables ventajas pero también posibles inconvenientes. Contar con nuevos colaboradores nos permite publicar con más frecuencia o quitarnos parte de la carga de crear contenidos. Pero has de preguntarte: ¿están en línea con el tono y los valores que transmite mi blog? Al final, publicar artículos de terceros que no siguen las pautas ni temáticas ni de lenguaje que tanto te ha costado establecer puede volverse en tu contra. Otro ejemplo es participar en redes sociales que no aportan ningún valor a nuestra estrategia. Pinterest puede ser una red social fantástica para algunos proyectos, pero no para otros. Por ejemplo, en Superblogger no tenemos un perfil de Pinterest (al menos de momento) porque consideramos que no tiene mucho sentido de acuerdo con nuestra estrategia. Pero si tuviésemos un proyecto más visual (blog de cocina, fotografía…) o una tienda online no lo dudaríamos.
- Se dirige a una audiencia definida: ¿Sabes a quién te diriges? ¿El contenido de tu web habla a esa audiencia? Toda estrategia de contenidos ha de estar encaminada a satisfacer alguna necesidad por parte de la audiencia. Pero aún es más, con el paso del tiempo la necesidad de segmentar mejor a nuestra audiencia se hace imprescindible para aprovechar el potencial de nuestros contenidos. Con este fin se crean los ‘buyer personas’, perfiles prototipo de nuestra audiencia que puedes establecer siguiendo estos pasos.
- Tiene unos objetivos claros: Si no tienes objetivos, ¿cómo vas a saber si tu estrategia tiene éxito o no? Estos objetivos no han de confundirse con el valor añadido que aporta a la audiencia. Tal vez quieras conseguir un número determinado de visitantes, o incrementar las compras de un producto o el tráfico orgánico procedente de buscadores. Sean cuales sean, los objetivos han de estar perfectamente definidos.
- El formato de los contenidos debe ser apropiado: Infografías, vídeos, textos, fotos, webinars… La lista de formatos para encapsular nuestras ideas es inacabable. Ahora bien, ¿tenemos los conocimientos y recursos adecuados para crear todo tipo de contenidos con calidad? Si decidimos hacer vídeos pero jamás hemos hecho un vídeo podemos acabar dando una imagen pésima a nuestros fans. Por eso es mejor centrarse en lo que sabemos hacer o recurrir a profesionales que pueden ayudarte.
- El contenido da razones para ser enlazado: Uno de los pilares del inbound marketing -cuya piedra angular es el marketing de contenidos- es la estrategia de optimización para buscadores. Los enlaces hacia tus contenidos le dan información a los buscadores sobre la relevancia de tu web. Pero el SEO no puede crear contenidos por sí solo y, sin embargo, los contenidos sí pueden generar buen SEO. ¿Por qué nos lanzamos a compartir el vídeo de Hyundai sobre el convoy de coches que se conducen solos? Seguramente porque es novedoso, emocionante, sorprendente, curioso… ¿Cuántos adjetivos puedes utilizar para definir tus contenidos?
- Los contenidos satisfacen las expectativas creadas: Además de creadores de contenidos, también somos consumidores de contenidos. Por eso entendemos que un lector que llega a nuestra web no es solo un visitante más, sino una oportunidad de crear un vínculo más fuerte. Si ese visitante llega a nuestro blog para ver un vídeo sobre un viaje que hemos hecho, y ve que la web no tiene más vídeos, sino solo textos, probablemente se marche y no vuelva más si no es por accidente. Cada post o vídeo que publicamos actúa de gancho en ese momento, pero el resto de contenidos debe satisfacer las expectativas creadas mediante ese gancho.
- Aprovecha el contenido que ya existe: No hay que reinventar la rueda constantemente. Si estás al frente de un blog corporativo, seguro que en cada departamento hay multitud de historias por contar. Solo hay que tomarse el tiempo para encontrarlas. Estas historias pueden estar escondidas en informes, estadísticas o en el trabajo y esfuerzo diario de cada empleado. Pero aunque tengas un blog no debes perder de vista la oportunidad de reciclar contenidos que publicaste con anterioridad y han funcionado bien, o incluso historias de otros blogs que han tenido éxito. Recuerda: se puede producir más contenido sin morir en el intento.
- Se adapta al crecimiento de tu proyecto: Un error habitual al definir la estrategia de contenidos es no tener en cuenta las expectativas y necesidades de la audiencia a medida que nuestro proyecto crece. Es importante considerar los recursos que necesitaremos para producir contenido en más cantidad y más variado.
- Cambia con el tiempo: Una buena estrategia de marketing de contenidos no tiene que ser perfecta desde el principio y tampoco está grabada en piedra, sino que se compone de ciclos repetitivos para experimentar, analizar y realizar mejoras en las áreas que así lo requieran. Cuando creamos contenidos, medimos en base a nuestros objetivos y efectuamos los cambios necesarios. Por eso es importante tener objetivos que podamos medir. La evolución de tu estrategia se producirá así en pequeños incrementos.
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