Después de un día duro de trabajo, ¿a quién le apetece escribir? Si encima tenemos pareja, hijos, una casa que cuidar, vida social, ¿de dónde saco las fuerzas para publicar un post en mi blog? A menudo tratamos de reaccionar ante estas situaciones de forma incorrecta, intentando rendir al 200% para estar en todos los frentes. La solución, sin embargo, es más bien lo contrario: trabajar menos pero mejor.
A continuación, vamos a analizar en detalle los hábitos de dos bloggers diferentes, y podremos ver en cuál nos vemos más reflejados y cómo mejorar lo que no funciona. Leer más