A la hora de desarrollar un sitio web, creemos que es fundamental “rematar” el trabajo. Con esto me refiero a ese último tramo de revisión y validación, que en proporción puede tomar un 5-10% del tiempo de desarrollo, y que diferencia una entrega mediocre de una entrega de calidad. A veces, a pesar de haber hecho un trabajo muy bueno si hay algún fallo grave que hemos pasado inadvertido puede ensombrecer todo nuestro esfuerzo.
Por eso, cuando terminamos un sitio web (y luego periódicamente tras su lanzamiento) tenemos la costumbre de someterlo a estos servicios de validación automática:
- Markup Validation Service del W3C, para revisar el HTML.
- CSS Validation Service, también del W3C, para las hojas de estilos CSS.
- Link Checker, para garantizar que no hay enlaces rotos, que es una de las malas prácticas que más caras nos pueden salir en cuanto a SEO. También es del W3C
- Google PageSpeed Insights analiza el rendimiento de la página y sugiere mejoras para optimizar el tiempo de descarga. Suelo corregir las sugerencias clasificadas como alta o media, el resto las dejo para una optimización a fondo.
- WAVE, Web Accesibility Evaluation Tool, una herramienta online que comprueba elementos básicos de accesibilidad web como la presencia de atributos “alt” para las imágenes, “title” para los enlaces, orden adecuado de encabezamientos (h1, h2, h3…)