Si alguien te ha preguntado alguna vez por qué estás en las redes sociales, y tú le has respondido que “porque hay que estar”, entonces es un buen momento para replantearte toda la estrategia. A lo mejor hace años, cuando Facebook y Twitter estaban en la niñez, estar en las redes era cosa de experimentar. Pocos podían permitirse saber por dónde iban a ir las cosas o cómo sacarles partido. Afortunadamente, hoy ya hay mucha literatura y práctica sobre el tema. Es cierto. Todavía queda mucho camino por delante, especialmente si imaginamos en qué puede acabar la combinación Facebook y realidad virtual, pero ahora la situación requiere que elijamos bien en qué cesta queremos poner los huevos.
La tentación inicial es estar en todas a la vez. Y el error más común es comenzar a abrirse cuentas a diestro y siniestro, sin pensar bien en nuestra estrategia de contenidos.
Tu objetivo en las redes sociales
Hayamos diseñado o no una estrategia de contenidos, siempre tenemos un objetivo u objetivos que guían nuestra actividad como bloggers. Si tienes una estrategia de contenidos, probablemente esos objetivos sean más concretos que si eres de esos bloggers que se dejan arrastrar por la corriente, sin saber bien por dónde ir, solo por el placer de bloguear. Por ejemplo, tal vez tengas un blog como forma de apoyar el negocio de tu tienda online, con información útil para tus clientes potenciales, o para reforzar el “engagement” de tu comunidad, contando historias y motivando la participación de los lectores. O simplemente escribes en tu blog porque te apasiona un tema y quieres compartirlo o ser útil para otras personas. Lo importante es que nuestra actividad en las redes sociales esté conectada con esos objetivos.
Si, por el contrario, estamos en redes sociales que no aportan nada a los objetivos que nos hemos marcado para nuestro blog, ¿por qué perder el tiempo? En Internet, con todas las herramientas disponibles, tomar decisiones en erróneas y persistir en ellas puede hacer que nos perdamos extraordinarias oportunidades.
La importancia de decir no
Cuando uno se plantea su estrategia de redes sociales es esencial saber decir “no”. Pero para poder decir “no”, es bueno comenzar cuestionando nuestro proyecto con estas preguntas:
- ¿A qué público me dirijo?: Antes de plantearnos cualquier acción en redes, es vital que pensemos en las características que definen a nuestro público objetivo. Ya hemos tratado con anterioridad cuáles son los pasos para definir a los buyer personas o perfiles prototipo de nuestros lectores. Una vez tengamos una idea precisa de a quién nos dirigimos, podemos comparar dichos datos con el perfil demográfico de los usuarios de cada red social. Por ponerte un ejemplo, si nos dirigimos a chicos adolescentes, a lo mejor Pinterest, donde el 70% son mujeres y el 80% de ellas mayores de 25 años, no es tan buena idea.
- ¿Añade algo a lo que ya estoy haciendo?: Aquí es recomendable realizarse una buena batería de preguntas. Si la respuesta a por lo menos una de ellas es afirmativa, es buena señal.
- ¿Me ayuda a interactuar con lectores o clientes existentes de forma eficiente?
- ¿Me permitirá crear una comunidad específica para mis lectores o clientes y con plazos y recursos realistas?
- ¿Facilitará a mi audiencia interactuar con mi web?
- ¿Me permitirá llegar a nuevos lectores o clientes con un esfuerzo razonable?
- Y si estamos realizando una inversión de algún tipo… ¿nos permitirá ahorrar dinero?
- ¿Hay vida más allá de Facebook y Twitter?: La respuesta es fácil. Te la damos hecha. Sí :). Decidir abrir una cuenta en Facebook porque tiene más de 1.000 millones de usuarios equivale a echar lechuga en una jaula de leones. Los números de ambas redes sociales son tentadores, pero es iluso pensar que vamos a llegar a todos ellos, ni siquiera a un porcentaje significativo del total. Además de Facebook, de Twitter, Google+ o Linkedin, hay decenas de redes sociales cuyo número de usuarios se cuenta en millones. Son redes de nicho en muchos casos, pero aún así populares, o tal vez dominantes en algún área geográfica. En ellas podemos encontrar un público más concreto al que le interesa lo que decimos.
- ¿Qué voy a hacer si nadie ve mis posts?: Si ya estás en redes sociales, y alguna no funciona como esperas, tal vez sea la hora de hacerte esta pregunta a tiempo. Y si aún no, entonces mejor. ¿Hasta qué punto estás dispuesto a aguantar? ¿Qué recursos tienes para invertir en publicidad? Conseguir que tu contenido sea leído por un número significativo de usuarios es complicado cuando solo dependes del crecimiento orgánico. Si aún no has creado una base de seguidores suficiente para tu blog, a lo mejor deberías tener paciencia y esperar a dar el salto a las redes sociales. Tal vez los foros o grupos de algunas redes sociales, como Google+ o Linkedin, pueden ser una opción mejor para promocionarte al principio.
- ¿Voy a tener tiempo de adaptar mi estrategia a cada red social?: Lo que vale en Facebook puede no valer en Twitter, y viceversa. Cada red social tiene su audiencia y su lenguaje. Esto requiere tiempo para crear contenidos adaptados al canal y, sobre todo, planificación para estar al día y cumplir los objetivos (¡No olvides los objetivos!). Para organizarte con todas tus redes sociales te recomendamos tener un calendario de contenidos.
- ¿Tengo una idea clara de los recursos que necesito para llevar a cabo mi plan?: Antes de dar el salto a cualquier red social, conviene tener claro qué me va a exigir en tiempo y recursos. Averigua cuál es el mejor momento del día para publicar contenido de forma que llegue a más personas entre tu público objetivo. Si te has planteado gastar algo de dinero en publicidad, ¿sabes realmente cuánto cuesta llegar a 1.000 personas en Facebook? Y no te olvides del ritmo de publicación, es decir, con qué frecuencia deberías publicar en la red social en cuestión para tener algo de impacto. Esto te ayudará a decidir si puedes o no puedes estar en todas partes.
Las redes sociales han llevado nuestras vidas hacia nuevos horizontes en lo personal y profesional. Gracias a ellas podemos crear proyectos inimaginables hace solo una década, pero también son armas de doble filo. Pasamos demasiado tiempo en ellas como para no elegir bien. Ya no vale con dejarse arrastrar por la curiosidad de estar en todas partes.
El coste de oportunidad de estar en una red o en otra puede ser muy elevado y poner en peligro nuestra estrategia de contenidos. Incluso si eres un blogger con aspiraciones más modestas, las redes sociales pueden consumir el tiempo que te gustaría dedicar a otros asuntos. Por eso no tengas miedo de renunciar a estar en cualquier red social, incluso si es Facebook o Twitter. No tiembles si tienes que cerrar un canal. Hay empresas grandes que lo han hecho después de dejarse tiempo y dinero. ¡Tú no serías el primero!